Habían
pasado cinco años desde que Susan Pevensie había perdido a su familia en un
tren de Inglaterra, cinco años en que ella no quería seguir viviendo y por eso
estaba al borde de lo alto de un puente, deseando tirarse al agua.
Olfateó
el aire y cerró los ojos antes de saltar, pudo sentir el viento mientras caía
pero nunca sintió el golpe.
-Susan-
dijo una voz potente haciéndole abrir los ojos- ¿Qué crees que haces?
Aslan
estaba frente a ella, imponente como siempre, su melena parecía incluso más
dorada.
-Yo…no
quiero una vida sin ellos- dijo bajando la cabeza y agachando más sus peludas
orejas de ser posible.
-
Entonces ve con ellos– dijo el león caminando dentro del bosque.
Susan
lo siguió moviendo su pequeña colita de cocker spainel inglés.
Fuera
del Cair Paravel corrían tres cocker al ritmo del viento con las lenguas
afuera.
- ¡Peter, Lucy, Edmund! – grito Susan al verlos corriendo
hacia ellos
Los
tres cocker se voltearon a verla y corrieron hacia ella con alegría mientras
ladrabn.
-¡Susan,
Susan, Susan!- decían al tiempo- ¡Estás aquí!
Susan
los abrazo a los tres para luego sentarse a hablar sobre las anécdotas de sus
vidas.
-¿Te
quedarás está vez?- preguntó Edmund
-¡Quédate
con nosotros aquí! – chilló Lucy
Susan
asintió y recibió un lengüetazo de su hermana menor.
-¡Esta
bien lo haré!- dijo entre risas.
-Bienvenida
entonces- sonrió Peter por tener a su hermana de vuelta.
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